La "inefectiva" estrategia de atracción de inversiones guatemalteca resulta en deficientes resultados en su crecimiento económico y fortalecimiento productivo. Expertos señalan que existen otros factores mucho más importantes, como el nivel educativo y capacitación de la fuerza laboral, infraestructura y seguridad en el país centroamericano.
El Centro Internacional para Investigaciones en Derechos Humanos (CIIDH), el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) y la Facultado Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) coinciden en laincompetencia local vía incentivos tributarios.
Pese a la exoneración del Impuesto Sobre la Renta para las maquilas y las zonas francas, los niveles de inversión están entre los más bajos de América Central. Tales medidas, señalan los organismos, solo provocan que las empresas nacionales se trasladen a esos regímenes y, en la mayoría de los casos bajo condiciones laborales indiginas.
De acuerdo con el director de Icefi, Hugo Pino, las compañías pueden contribuir a hacer más competitiva y menos vulnerable a la nación pagando responsablemente sus impuestos. Los entes reiteraron la “necesidad impostergable de una reforma fiscal integral, que garantice calidad y transparencia de un gasto público suficiente y efectivo” en Guatemala.
Un informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) coloca a Guatemala en el cuarto lugar del área en Inversión Extranjera Directa. En el primer semestre de 2011 llegaron a ese país 485 millones de dólares en inversión extranjera, contra los 1.400 millones que se fueron a Panamá, 1.057 a Costa Rica y 486 a Honduras.
En tanto, según el ministerio guatemalteco de Finanzas, las exoneraciones andan por el 8% del Producto Interno Bruto (PIB), que el año pasado fue de unos 42.300 millones de dólares. El representante del CIIDH, Rodolfo Linares, aseguró que la exención fiscal va en contra de las grandes mayorías que pagan el 70% de los ingresos tributarios que recibe el Estado.
El análisis destaca que el 61% de la IED que llega a Centroamérica se va hacia Panamá y Costa Rica que tienen mejor educación, infraestructura y capacitación de sus trabajadores.
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